Las charlas del Consejo de Fútbol son frecuentes en Ezeiza. En los pasillos del predio se siente el apoyo a Hugo Ibarra en medio de esta pálida actualidad de Boca, mientras que en las oficinas ya comienzan a barajar algunos nombres si es que el Negro termina dando un paso al costado.
En lo más alto de la lista, resaltado con fibrón indeleble, aparece Gerardo Martino. El Tata, que en un primer momento generó algunas dudas por sus problemas de vista, es el principal candidato a ocupar el corralito de La Bombonera más temprano que tarde, aunque por el momento no le hicieron sonar el teléfono en Rosario.
En La Ribera confían que el experimentado DT, de último paso por la selección de México, acepte reunirse con Juan Román Riquelme y sus laderos. Sin embargo, no entablará conversaciones mientras el exlateral derecho tenga puesto el buzo azul y oro.
Lo cierto es que, más allá de sentirse con fuerzas para revertir este panorama, la continuidad de Ibarra en Boca está entre signos de interrogación. Un ciclo marcado por el “partido a partido”. Este sábado, su equipo jugará con Olimpo por los 32avos de final de la Copa Argentina y, lo que suceda dentro del campo de juego del Estadio Centenario de Chaco, repercutirá fuera de la línea de cal.
Meses atrás, Elvio Paolorosso, quien acompañó durante varias temporadas al Tata como preparador físico en su cuerpo técnico, lo propuso para que se haga cargo del Xeneize: “Si me llegara a llamar Riquelme, que lo conozco porque lo subimos a Primera -cuando era el PF de Bilardo-, para pedirme una opinión sobre el Tata, le diría que es lo mejor que hay en estos momentos como técnico para dirigir a Boca. A mí me dicen Martino y para mí es lo máximo”.