Si bien hasta ahora los trascendidos eran más que optimistas con el acuerdo entre Vélez y Ricardo Gareca, las reuniones con el mánager Christian Bassedas se sucedían cerrando detalles. Y en la tarde de este jueves, finalmente, ya no hubo más que negociar: el regreso del Tigre al club, tan ansiado por los hinchas, es un hecho, y solo restará esperar a lunes o martes para la firma del contrato.
Tal como se preveía, el nuevo vínculo del entrenador de 65 años se extenderá hasta fines de este 2023, cuando se producirán las próximas elecciones en la institución. Gareca desembarcará además con un cuerpo técnico vastamente conocido y de pasado exitoso en Liniers: Sergio Santín como ayudante de campo, Néstor Bonillo y Ernesto Colman en la preparación física, además de Leo Torrico como entrenador de arqueros. Quedará por definir un ayudante de campo más.
Así, en cuestión de horas el Fortín, de preocupante presente en el plano local desde el año pasado pese a haber sido semifinalista de la última Copa Libertadores, intentará empezar a torcer el rumbo con un plantel que prometía más pero al que nunca le tomó el pulso el saliente Alexander Medina. El Tigre llega con la espalda y el apoyo para manejar la situación y la ilusión, por lo pronto, se renueva con creces.